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viernes, 2 de enero de 2015

La corrupción, un mal que azota a los países pobres

Tomado de: http://racionalidadltda.wordpress.com/2014/12/22/la-corrupcion-un-mal-que-azota-a-los-paises-pobres/ La corrupción, un mal que azota a los países pobres Publicado el diciembre 22, 2014 por experimentosemar • Publicado en Aplicaciones • Deja un comentario 957 Tatiana Rincón Navarro Ahondar en el tema de la corrupción es quizás entrar a un círculo vicioso al que difícilmente se podría salir. Para la Real Academia Española el concepto de corrupción se enmarca en las prácticas por parte de las organizaciones, especialmente las públicas, consistentes en la utilización de las funciones y medios de aquellas, en provecho económico o de otra índole de sus gestores [1]. En ese sentido, se puede afirmar, que un país que posea altos índices de corrupción tiende a una mayor desigualdad económica y social. El economista británico Thim Harford, en su obra El Economista Camuflado, deja ver esta problemática reflejada en los países más pobres del mundo. El caso del país africano Camerún llama la atención porque a pesar de ser un país pequeño es un país con extrema pobreza. Explicar las razones por las cuales Camerún se hace cada vez más pobre -porque ni siquiera presenta un crecimiento lento- se dificulta, al ver el entorno en el que coexisten sus ciudadanos, pues este entorno presenta un elevado espíritu emprendedor en las que una calle típica de Doula tiene alrededor de cuarenta y cinco metros de ancho, en donde el espacio es atestado por vendedores callejeros; sin embargo, el camerunés promedio es ocho veces más pobre que el ciudadano promedio del mundo y casi cincuenta veces más pobre que el estadounidense medio, estas cifras son realmente sorprendentes y se pueden relacionar con el estudio realizado por la organización Transparencia Mundial, en el que el resultado principal evidencia que este país es uno de los más corruptos del mundo. Ni siquiera, modelos o teorías que han servido a otros países pobres para un mejor desempeño en su desarrollo, verbigracia la teoría del fuerte impulso -big push- propuesta por el economista Paul Rosenstein-Rodan ha funcionado en este país. Dicha teoría sugiere que para los países pobres es posible enriquecerse, siempre y cuando se pueda hacer de una sola vez varias inversiones complementarias, por ejemplo de fábricas, carreteras, tendidos eléctricos, etc. Cuando se analiza la corrupción en un sentido más profundo, se puede determinar que al igual que Camerún, en el que se mueven elevadas sumas de dinero dentro del país, los gobiernos tienden a echársela casi toda al bolsillo, no pudiendo malgastar la totalidad del presupuesto -ya que un presidente se dará cuenta que no puede destruir la economía de un solo golpe, ni matar a su gente de hambre si planea quedarse allí-. Por eso, hasta para ser corrupto se necesita ser altamente estratégico, se tiene que revitalizar la economía por lo menos hasta el periodo que tenga considerado quedarse el presidente o alto funcionario y no es que vaya a realizar grandes obras por el país, solo que es necesario mantener las paupérrimas condiciones de infraestructura y economía en un nivel “decente” para asegurar su buena tajada por un periodo considerable. En este sentido, el problema principal no radica en que el poder lo tenga una sola persona y/o se quede con el dinero de la población, ya que de una u otra forma -si fuera para una sola persona- llegaría un punto donde se presenten utilidades decrecientes y dejaría de representar un elevado porcentaje a comparación del nivel monetario del país; el verdadero problema consiste en que la corrupción funciona como un sistema compartido en el que las personas y los organismos que tienen un alto rango en la sociedad -como las autoridades policiales, aduaneras, los altos funciones del gobierno, los bancos nacionales- forman una red amplia que se hace muy compleja de disolver; por esta razón, factores como la educación -en la que los países en desarrollo ven una luz al final del túnel- países pequeños, pobres y con elevada corrupción, como Camerún, ni siquiera llegan a aportar un granito de arena al desarrollo del sistema. La solución más factible que se puede dar es la intervención transparente de instituciones internacionales, que por medio de sus políticas y ayudas monetarias controladas por ellos mismos, permitan disolver tan compleja red y den paso a un desarrollo, tanto económico como social. Bibliografía Harford, T. (2001). El economista camuflado (p. 344). Grupo Planeta. Real Academia Española. Corrupción [en línea]. < http://lema.rae.es/drae/srv/search?id=uZl8Mv6LfDXX2XuEhAgk> [Citado el 24 de Noviembre del 2014 ] Nota [1] Real Academia Española. Corrupción [en línea]. [Citado el 24 de Noviembre del 2014 ]

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