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sábado, 19 de enero de 2013

NO A LA LEGALIZACIÓN DE LA DROGADICCIÓN

Pretender hacernos ver la drogadicción como algo normal y legal, debe ser repudiado por todos los colombianos, porque es mantener en una abstracción a las personas que desafortunadamente caen en ese vicio en beneficio de unos pocos. El famoso alcalde chimbo Petro, que es vergüenza nacional al ponerse de cliente de los narcotraficantes, muestra que los dirigentes sean de izquierda o de derecha en Colombia solo piensan en medidas tibias y soluciones facilistas pasando por encima de la Ley al comprar le vicio para regalarlo. la verdad es que se debe establecer en la Ley colombiana que el drogadicto es un enfermo mental y establecer la cadena perpetua para todos los que se involucren con tal negocio sean miembros del gobierno o los propios narcotraficantes. así mismo, se debe promover en nuestro hermoso país una verdadera educación que permita a los padres de familia guiar correctamente a sus hijos evitando la penosa situación y buscar que las maquina s de hacer dinero, llamadas instituciones educativas, verdaderamente eduquen, promuevan la moral y la ética como una Ley y se les realice seguimiento de sus egresados en el hacer macabro como el delito y la corrupción sin descuidar las alternativas para controlar el flagelo de la drogadicción. Las instituciones religiosas deben hacer verdaderos programas de educación religiosa evitando palabrerías y rezos sin fundamento que por lo visto no cumplen la misión de acercar el ser humano a Dios Padre. igual los medios de comunicación que no realizan programas de investigación por ejemplo en los centros de estudio para ayudar a controlar que haya sitios como la calle del embudo en la candelaria donde se consume mucha droga o en la famosa calle rosa. Apología al delito es lo que hacen y quieren hacer aquellos que buscan legalizarla para que primero: se perpetué la esclavización de los que están en el vicio. Segundo, se continúe la lucha no para acabarlo sino para que las ganancias queden en ciertas manos como sucedió con el wisky en USA. Tercero, nuestros jóvenes dejen de ser un problema social en busca de trabajo, bienestar, educación. No podemos seguir permitiendo que se derrumbe nuestra sociedad con el cuento de la libertad de conciencia y desarrollo de la libre personalidad, que nos han llevado ya a aceptar y promover como política pública el homosexualismo, la indigencia, aborto, muerte asistida, reducción de penas con la devolución de algo de lo robado y aceptación de cargo, adopción de hijos por homosexuales, brujería, espiritismo, satanismo...

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